Solo amigos. Solo amigos. Solo amigos. Si se lo repiten lo suficiente, quizás se lo crean. Hazel Bradford sabe que es muy intensa. Tiene un ejército de mascotas, fascinación por lo absurdo y una falta de filtro que le hace decir lo que no debe en el peor momento posible.
Solo quiere pasárselo bien, pero es una lástima que la mayoría de los hombres no estén a la altura. Ellos se lo pierden. Josh Im la conoce desde la universidad, y su apacible moderación resultó ser totalmente incompatible con su energía.
Desde la noche en que se conocieron (cuando ella le vomitó en los zapatos) hasta cuando le envió un correo electrónico ininteligible por culpa de los calmantes, siempre la ha considerado más un espectáculo que una amiga.
Pero ahora, diez años más tarde, después de que una novia infiel haya puesto su vida patas arriba, salir con Hazel es un soplo de aire fresco. Aunque no es que Josh y Hazel salgan juntos. Al menos, no entre ellos.
Solo se organizan citas a ciegas dobles, cada una peor que la anterior, lo que significa que no hay nada entre ellos, ¿verdad?