Os tengo que confesaros algo: Érase una vez es una de esas series que me atrapó desde el primer episodio y ya no pudo soltarme. Y cuando digo que no pude dejarla, me refiero literalmente a esas maratones de fin de semana donde pierdes la noción del tiempo porque NECESITAS saber qué va a pasar después.
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¿De qué va Érase una vez?
Imagina que todos los personajes de los cuentos de hadas que conocemos están atrapados en nuestro mundo, sin recuerdos de quiénes son realmente. Esa es la premisa de Érase una vez, y os prometo que es muchísimo más fascinante de lo que parece. La historia comienza cuando Emma Swan, una cazarrecompensas solitaria, conoce al hijo que dio en adopción años atrás, y este le cuenta que ella es la hija de Blancanieves y el Príncipe Azul. ¿Su misión? Romper la maldición que mantiene a todos los personajes de cuentos atrapados en el pueblo de Storybrooke.
Lo que me enamoró de la serie
Primero, la forma en que Érase una vez reinventa los cuentos clásicos es GENIAL. Aquí no encontraréis princesas indefensas esperando ser rescatadas. Blancanieves es una guerrera, Caperucita Roja tiene un secreto impresionante, y no os cuento nada de la Reina Malvada porque su historia es de las más complejas y adictivas que he visto.
La estructura de cada episodio es brillante: por un lado tenemos la vida en Storybrooke (nuestro mundo), y por otro vemos flashbacks del mundo de los cuentos. Esta dualidad te mantiene constantemente intrigada, armando el rompecabezas de quién es quién y cómo llegaron hasta allí.
Personajes que te roban el corazón
Regina Mills (la Reina Malvada) se convirtió en uno de mis personajes favoritos de todas las series que he visto. Su evolución es espectacular, y Lana Parrilla hace un trabajo actoral impresionante. Pasas de odiarla a comprenderla, a amarla, y luego vuelves a estar confundida con tus sentimientos hacia ella (en el buen sentido, claro).
Emma Swan es la protagonista perfecta: fuerte, vulnerable, escéptica pero con esperanza. Ver su transformación de mujer solitaria a heroína es un viaje precioso. Y la química entre todos los actores es palpable, especialmente en las escenas familiares que te arrancan más de una lágrima.
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El romance (que no podía faltar)
Porque sí, aquí hay romance y del bueno. Sin spoilers, pero preparaos para shipear parejas con una intensidad que no sabíais que tenías. Hay amores épicos, amores imposibles, amores que trascienden maldiciones y mundos. Y todo contado con una delicadeza y pasión que te hace suspirar.
¿Por qué deberías ver Érase una vez?
Si te gustan las historias de fantasía, los giros argumentales que no ves venir, personajes complejos con capas y capas de profundidad, y una buena dosis de magia y romance, Érase una vez es tu serie. Es perfecta para esas tardes en las que quieres desconectar y sumergirte en un mundo donde la magia existe y el amor verdadero puede romper cualquier maldición.
Además, tiene 7 temporadas (¡sí, SIETE!), así que contenido no os va a faltar. Yo la he visto dos veces completa y os aseguro que la segunda vez descubres detalles que se te escaparon la primera.
Mi veredicto
Le doy un 10/10 corazones románticos 💕.Es entretenida, emotiva, adictiva, romántica y tiene ese toque de nostalgia que te hace recordar por qué te enamoraste de los cuentos de hadas cuando eras pequeña, pero con una versión adulta y mucho más rica en matices.
Así que ya sabéis, si buscáis vuestra próxima obsesión seriéfila, Érase una vez os está esperando en Storybrooke. Eso sí, avisad a vuestros seres queridos de que vais a desaparecer unos días porque una vez que empecéis, no pararéis hasta el final.
¿La habéis visto? ¿Cuál es vuestro personaje favorito? ¡Dejadme vuestros comentarios!
